Chema Vilchez


Chema Vílchez es sinónimo de originalidad, buen hacer y, sobre todo, humildad. Vive por y para la música y su manera de sentir es, precisamente, el reflejo de él mismo, como persona y como músico. En esta ocasión le entrevistamos para profundizar en “La naturaleza sagrada de la vida”, conocer más a fondo sus proyectos y compartir sus sueños y experiencias en la música.

¿Ha habido alguien que te haya influido para llegar a tocar la guitarra?
Un músico que me gustó desde siempre fue Chopin y realmente yo quería tocar el piano, por lo tanto no creo que haya habido un guitarrista que, en mis comienzos, me haya influenciado. Cuando empecé con la música sí hubo, en aquella época, grupos que me gustaban mucho y con 15 años quería emularlos de alguna manera, como Led Zepelin y su guitarrista Jimmy Page. Pero no hubo un guitarrista especialmente que me marcara, más bien fueron pianistas, me gustaba la figura del músico clásico como Chopin; en el colegio, cuando nos ponían música clásica, era la clase en que mejor me lo pasaba, para mí era una suerte.

¿Y por qué no el piano?
Cuando tenía 7 años quería un piano a toda costa, pero no me hicieron caso, bueno, más que nada es que mi familia no tenía para satisfacer mis caprichos. Tenía un tío que me dijo: “Yo te puedo comprar un acordeón”, y desde entonces odio el acordeón. Luego, con 13 años, me compré una guitarra, que era lo que podía pagarme. Años más tarde, con 17 ó 18 años podía haber ahorrado y haberlo comprado, pero me pareció tarde. Ahora creo que mi cabeza piensa como pianista y a la hora de componer lo que oigo en mi cabeza es el piano, por eso hay gente que dice que a veces mi música no parece de guitarra; eso me ha ayudado a tener un sonido diferente.

Tu último disco “La naturaleza sagrada de la vida” lo grabaste en LA con John Patitucci, Dave Weckl, Alex Acuña... ¿Crees que existen más medios fuera de España o es por el concepto de grabar con estos músicos por lo que has ido allí a grabar?
Una razón importante, de la que nunca sueles hablar cuando te hacen la pregunta, es la razón económica. Para mí es más económico grabar un disco fuera de España, porque los músicos son más baratos y los precios que me han hecho siempre han sido simbólicos. Por ejemplo, Alex acuña me ha grabado el disco por 50.000 ptas.; lo bueno también es que son muy rápidos, un bajista como John Patitucci te puede grabar tres temas en tres horas y Dave Weckl se tocó todo el disco en un día.
Otro motivo importante son los estudios de grabación, son más baratos; Hollywood, concretamente, es la meca del cine y también de los estudios de grabación, los hay por todas partes, puede haber 300 ó 400 y grabas por unos precios ridículos.
También es verdad que los músicos con los que he grabado están más cerca de lo que yo he querido hacer hasta ahora; pero vamos, eso no quita que los próximos discos los grabe en España, porque me apetece grabar con cierta gente, de hecho, después de “La naturaleza sagrada de la vida”, he grabado dos discos más, que no han salido todavía, uno de ellos de guitarra clásica-contemporánea, que lo he grabado en casa solo; pero bueno, ahora estamos hablando de hacer un proyecto medio flamenco con músicos de aquí y me apetece grabar en España.

¿En cuanto a lo profesional también varía el grabar allí?
Allí hay muchos medios, o por lo menos es más fácil acceder a ellos en lo económico. Casi el 60% de “La naturaleza sagrada de la vida” lo he grabado en los estudios Mad Hatter, que son de Chick Corea, y el ingeniero que trabaja allí ha grabado, prácticamente, la mitad de la música de jazz y de fusión de los años 80’ y 90’, entonces, para él, sonorizar la batería de Dave Weckl, le lleva media hora. De todas formas, en España también hay gente muy buena.

Al grabar en un país como es EE.UU., ¿has aprendido algo de los músicos o de la gente?
Sí, he aprendido, pero quizá no son cosas que se puedan definir muy concretamente. El nivel que tienen los músicos con los que he trabajado allí es muy alto. Se te queda un poco parte de su lenguaje; a lo mejor yo compongo un tema y me paso dos o tres meses dándole vueltas, entonces, un músico que nunca antes lo ha oído, que tiene un gran nivel, que ha tocado con los mejores músicos del mundo y ver como él lo aborda, pues claro, es diferente de cómo tú lo ves. Creo que lo bueno de tocar con buenos músicos es que cada vez se va abriendo más y más el espectro de ver la música, cada vez es más amplia. También aprendes hablando con ellos sobre como viven o sienten la música. Tuve una conversación con el bajista Richard Bona, en la que estábamos los dos de acuerdo en que la música había empezado hace nada; hay gente que dice: “Es que ya se ha hecho todo”, pero yo pienso que no se ha hecho nada todavía, que está todo por hacer, incluso por muy bien que uno lo haga, es sólo una gotita del mar o un granito de arena del desierto. Eso es lo que he percibido de los buenos músicos, son muy humildes, y creo que lo son porque se dan cuenta de que es tanto lo que se puede hacer, que lo que puede abarcar un ser humano, por muy original que sea, es nada; de hecho, la historia de la música, aunque pensemos que hay gente que es muy original, siempre es un poco ‘hijo’ de lo que le rodea, por eso cuando oyes: “Pues ‘tal’ guitarrista es muy original”, pero luego lo oyes y ves que tiene reminiscencias de blues, de jazz, de rock..., en el fondo eso es lo que hay y lo que ha estado oyendo, no ha inventado nada nuevo. Cada músico va aportando un granito de arena. Eso es un poco lo que me han aportado los músicos al compartir la experiencia de ver lo infinito de la música.

Y como personas ¿qué tal se han portado contigo?
Muy bien. Hay gente que son un poco más ‘estrellas’ que otros, algunos son muy accesibles y tengo muy buena relación, como Mitchel Forman, el pianista, o Alex acuña En general me han tratado con respeto, sobre todo creo que es por el hecho de venir de fuera, siempre he notado que fuera de tu país te tratan mejor. Últimamente he estado haciendo giras en Italia, en Francia, en EE.UU., y cuando sales fuera hay un respeto tremendo; igual que si aquí viene alguien de fuera, no sabemos por qué, pero parece que le tratamos mejor. Sobre todo en EE.UU., España tiene un punto exótico, o sea, ser español es como una cosa exótica, a lo mejor si dices que eres de Alemania, te miran con cara rara, por lo de la Guerra Mundial y todo eso, pero si eres español ya tienes ganado un margen de confianza. Yo, por ejemplo, para grabar con algunos músicos que no conocía como Dave Weckl, mi manera de acceder a él era llamarle por teléfono y mandarle una cinta con lo que yo hacía, y por ser español, notaba que había cierta curiosidad.

¿Crees que “La naturaleza sagrada de la vida” ha evolucionado con respecto a tu anterior disco?
Sí. Lo que me ha dicho muchísima gente es que ha notado un cambio muy grande, que ha habido evolución. Sí que la hay porque el primer disco me lo planteé de tal forma que era como tocar la música que yo había compuesto desde los 17 años hasta esa edad, digamos que “El sueño del navegante” se corresponde a un periodo que va desde los 17 años hasta los 26, e intenté plasmar mi visión de la música de esa época, aunque ya tenía mi cabeza en otra parte. En esté último he tratado de hacer lo que realmente oía en mi cabeza en ese momento y la gente me ha dicho que suena más ‘original’. Ahora estoy haciendo un dúo con un guitarrista que se llama Felix Santos, que para mí es uno de los mejores guitarristas de España, y él escucha el disco y le parece muy original ciertas cosas, la manera de tocar los acordes, las escalas, los fraseos..., pero es ‘original’ entre comillas, porque ahí tiene que estar un poco todo lo que he estado escuchando; por ejemplo, yo llevo como cuatro años tocando mucho más guitarra flamenca que guitarra eléctrica, entonces lo que he hecho ha sido abordar la eléctrica desde el planteamiento de la flamenca.
Lo que sí tiene el segundo disco, con respecto al primero, es que necesita ser más escuchado. El primero era más sencillo, era como más para todo tipo de público; lo escuchaban y a la primera ya les gustaba; este segundo disco necesitan escucharlo más veces, pero luego coinciden en que les gusta más que el primero. “La naturaleza sagrada de la vida” es más denso, tiene más contenido de armónico, de melódico en cuanto a escalas o a fraseos. Ha sido una evolución como de buscar y sacar un poco lo que yo sentía más dentro de mí, desde luego dejando muy al margen influencias de otra gente que yo admiraba, porque antes no me importaba que alguien dijera que un pasaje de un tema mío le recordaba a algún músico, ahora me he dado cuenta que eso puede ser un problema, el parecerte a alguien.
Para mí la música representa cómo somos, es decir, en la medida en que eres más libre tocando puedes representar más como eres, mi planteamiento es que hay que intentar representar en música lo que eres como persona y eso es lo que he intentado reflejar en este disco.

¿Por qué el título “La naturaleza sagrada de la vida”?
Para mí es como una declaración de principios; lo de sagrado no tiene nada que ver con lo religioso, más bien es como lo más importante que tenemos, y eso es la vida. Me merece tanto respeto la vida que por eso quería plasmar esa idea con música, es una idea que tiene que ver un poco esa filosofía de la vida con la musical. Viene a significar lo transcendental de la vida en todas sus formas.
Uno de mis hobbys es la astronomía y me suelo bajar imágenes del cosmos por internet. Alucino de lo infinito del universo y ante tan magnitud me quedo tan absorto que también e intentado plasmarlo ahí y plasmarlo en ese título. Cuando damos conciertos mucha gente viene y me dice lo que significa para ellos, y a veces significa cosas diferentes que para mí, pero lo que intento con mi música es hacer reflexionar a las personas, también lo trato con el título del disco y hasta con el nombre de los temas como: “Las personas que creíamos conocer” o “El paraíso de los locos”. Me gusta lanzar para que el otro piense.

Hablando de los instrumentos, ¿qué guitarras y aparatos utilizas?
Utilizo guitarras Ibanez. En la amplificación utilizo Line 6 el AX-2 que, sinceramente, se lo recomendaría a todo el mundo porque puedes conseguir tu sonido con todo tipo de efectos y además en un tamaño mínimo. Guillemot me dio un sponsor de la tarjeta Maxi Studio Isis, que la utilizo de vez en cuando. También utilizo el Interface MIDI de Blue Chip, un modelo Axon AX100.

¿Sigues tocando con la fretless?
No, pero por falta de tiempo y porque no está bien construido del todo. Fue un prototipo, hay que perfeccionarlo y necesitaría encontrar un luthier que lo pudiera perfeccionar. Por otro lado he estado el 80% del tiempo tocando la guitarra flamenca y el resto dando conciertos para la presentación del disco. Espero ponerme pronto con ella y me gustaría que una casa como Ibanez o Yamaha se decidiera a construir una guitarra fretless. En LA conocí a Bartolini, estuve tocando para él y le encantó el instrumento, me fabricó unas pastillas específicas que cogían justo las frecuencias y al cabo de un mes me las envió y ni siquiera me cobró nada, la verdad es que se ‘enrolló’ super bien. Suena muy bien, pero tiene un problema físico, por ejemplo, el mástil es más fino de lo normal y la primera cuerda se sale mientras estás tocando.

¿Qué tipo de música escuchas ahora?, ¿admites todo tipo de música?
De todo no, por ejemplo rock no oigo nunca, ni pop tampoco, sé que debería oirlo porque es una música de mi tiempo, en esos estilos estoy un poco aislado, no sé nada. Lo que escucho es Chopin a tope, Rafmaninov y flamenco, Vicente Amigo, Paco de Lucía, el Viejín, que es increíble. No oigo mucho la radio, sólo Radio 2, que es música clásica, pero tengo épocas, ahora llevo días escuchando Chopin, que me encanta. Estoy escribiendo un libro y Chopin me inspira muchísimo para escribir. Por ejemplo, el libro de poemas que venía con “El sueño del navegante”, esta escrito, prácticamente, escuchando a Chopin.

¿Cuanto tiempo le dedicas a la guitarra?
Depende, hay veces que todo el día, y otras veces que nada, varía mucho. He estado dos meses dando3 ó 4 conciertos a la semana, pero no he tenido tiempo para dedicarme a componer música.

¿Crees que a cualquier músico, por bueno que sea, le queda siempre algo por aprender?
Sí, yo creo que a todos. Es cierto que los músicos más grandes que ha habido en la historia curiosamente murieron muy jóvenes, Chopin a los 39 años, y la música que dejó es increíble, Mozart con 32, Jimmy Hendrix con muy pocos también, es decir, hay gente que en muy poco tiempo ha hecho cosas increíbles, pero aún así siguen siendo granitos de arena en el desierto. Creo que a todos los músicos nos queda lo infinito por aprender.
Hace poco vino Allan Holdsworth y nos pasamos desde las ocho de la tarde hasta las tres de la mañana bebiendo cervezas y hablando de todo, es super humilde y llegué a la conclusión de que parece que hubiese empezado a tocar la guitarra ayer, porque está convencido de que no ha hecho nada, y eso que es uno de los músicos que más ha lanzado, para mí le ha dado a la guitarra una personalidad más definida y particular, sin embargo tiene clarísimo que no ha hecho nada y desde luego no es falsa modestia.

Si por algún motivo tuvieras que dejar de tocar la música que ahora haces, ¿estarías abierto a otro tipo de música?
Si tuviera necesidad económica posiblemente lo haría, pero lo dicho, a mí el rock y el pop me parecen músicas fruto de la sociedad de consumo, no toda, porque hay cosas de gran calidad. Pero si tuviera que escoger otro estilo de música me dedicaría al flamenco.

Sabemos que estás haciendo conciertos por toda España, ¿qué tal la respuesta del público?
Muy buena para el poco apoyo que tiene esto. Los sitios donde estamos tocando, sobre todo fuera de Madrid, estamos llenando siempre, no son salas grandes, tendrán un aforo de 200 ó 300 personas, pero como estamos haciendo muchos conciertos las cosas están siendo muy positivas. Hay gente que quizá me relaciona con el jazz, pero al verme tocar, se da cuenta de que no lo es, por lo menos en sentido profesional. Vienen muchos guitarristas que tocan diferentes tipos de música y también gente que no tiene nada que ver con la música y ambos tipos de gente les está gustando y creo que hay interés.
La pena es que no haya una apoyo de los sponsor por ejemplo; creo que deberían apoyar más este tipo de cosas, además sería muy beneficioso para ellos, el dar a conocer sus instrumentos a gente que puede estar muy interesada.

¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?
Sacar los dos discos que tengo grabados hasta ahora, sobre todo quiero hacer mucho hincapié en un disco que he hecho de guitarra clásica, lo grabé en casa, es un disco de dos guitarras, es como música clásica, pero contemporánea, es un lenguaje del siglo XX, no el clasicismo anterior; por contemporáneo se entienden otras cosas, pero digamos que está dentro de lo que es el clásico, de hecho, he hablado con locutores de Radio 2, de Radio Clásica y en teoría están bastante interesados en programarlo. Personalmente es el disco que más me gusta de todos los que he hecho; se va a llamar “Las siete revelaciones del silencio”, son siete temas que compuse cada uno un día de la semana, compuse el tema y lo grabé en el mismo día, fue como algo muy necrológico.
Otro de los proyectos es reeditar “El sueño del navegante”, porque salió y el primer año ya se agotó, y ahora en los conciertos mucha gente me lo está pidiendo. Se va a reeditar en un par de meses, antes del verano seguro. También tengo un dúo con el guitarrista Felix Santos y es un proyecto que quiero llevar a cabo.

Si yo tuviera una sala ¿qué tendría que hacer para que tocases en ella?, ¿tienes fechas?
Sí. Galo Sánchez, que es la persona que me dio el sponsor de Axon y que siempre me ha estado apoyando, lleva el tema de la representación de management de Ritmo & Compás y habría que hablar con él.

¿Dónde se puede encontrar tu disco?
El disco está en todas partes y la distribución está siendo buena, el problema es que se agota enseguida y tardan en reponerlo, por eso, la gente que vaya a buscarlo y no lo encuentre, debe pedirlo, y en base a la demanda que haya, así se irá reponiendo.

¿Qué te gustaría transmitir a los lectores?
Pues que lo importante en la música es el efecto que produce en el oyente, no el músico, que la persona que lo escuche sienta cosas. Lo que desde luego es triste es que alguien como músico esté buscando la gloria personal y no sea capaz de conseguir que alguien escuchando su música sea feliz. A mi me gustaría conseguir con mi música lo que Chopin ha conseguido conmigo y con eso me sentiría feliz. Yo oigo a Chopin y le estoy totalmente agradecidísimo; seguro que ha hecho mucho bien por mucha gente, y entre otras personas por mí. Por eso, lo mejor que te puede pasar es ir a tocar a un sitio y que alguien se acerque y te de las gracias por haberle hecho pasar un momento increíble y haberle hecho sentir muchas cosas.
Por cierto, lo que sí me gustaría decir es que, después de los conciertos, hay gente que parece que le da corte acercarse a mí para hablar o para preguntarme. Yo les diría que no se corten, que ni mucho menos voy de estrella y que pueden venir a hablar conmigo con toda confianza.

Próximamente tendréis a vuestra disposición más información de Chema Vílchez a través de su nueva página en internet: www.chemavilchez.com, donde podéis encontrar las fechas de sus conciertos, biografía, pequeñas lecciones de música con frases y acordes, etc.

 

www.guitarraonline.com.ar
Webmasters: Pablo pablo@guitarraonline.com.ar
Marcelo Roascio mroascio@guitarraonline.com.ar
Publicidad: Laura Goldar lauragoldar@gmail.com