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L3 de Waves


El aspecto final de tus mezclas

La búsqueda por el volumen más alto parece no detenerse. Que una mezcla se escuche más fuerte que otra no es garantía de mejor calidad de audio, pero sí asegura que se escuchará por sobre otra.
La cuestión empezó varios años atrás cuando los ejecutivos de las disqueras notaron que en lugares de exposición pública de música – bares, restaurantes, centros comerciales, etc. – la gente reaccionaba de manera diferente al poder escuchar una canción más fuerte que otra. Esto es sencillo, si en nuestro automóvil estamos escuchando una excelente canción, con una excelente mezcla, a un volumen muy bajo; si alguien se detiene al lado, con su autoestéreo a todo volumen, reproduciendo la peor música que se puedan imaginar, no hay dudas que la gente de alrededor va a escuchar su música antes que la nuestra.
Como antes mencioné, más volumen no significa más calidad; simplemente hace posible que algo se escuche más rápidamente, o se destaque más que otra cosa. No obstante, vivimos en un mundo competitivo y no podemos dejar que la mediocridad a alto volumen supere nuestra preciosa música. L3 de Waves nos ayuda a conseguir más volumen, a menor costo.

El precio a pagar
Sí, nada es gratis. Si queremos más volumen debemos pagar un precio, y ese precio se denomina dinámica. Podemos entender la dinámica cómo la diferencia entre los sonidos más bajos y más altos de una mezcla. Algunos géneros, como por ejemplo Jazz, hacen uso intensivo de la dinámica, interpretando pasajes suaves, pasando luego a secciones con mayor intensidad. No hay necesidad de mencionar la dinámica que generan las interpretaciones de una orquesta sinfónica. Dentro del mismo rock podrán encontrar muchos ejemplos donde dentro de una misma canción coexisten pasajes suaves e intensos. Si necesitamos que toda la mezcla suba de volumen, esas diferencias se deben allanar para permitir levantar el volumen general sin producir distorsión. La solución pasa por encontrar el balance adecuado, y vaya que L3 puede hacerlo.

Antecedentes
El número 3 de está versión está mostrando antecedentes de dos versiones anteriores. Las versiones 1 y 2 – y también la versión 3 – utilizaban una tecnología mediante la que se adelantaban a lo que iba a suceder, evitando de esa manera que un pico pueda destruir el trabajo. Esto naturalmente introduce una pequeña cantidad de delay o retraso en la audición en tiempo real, que en la actualidad se ve compensada por la amplia mayoría de los programas de secuenciación o edición de audio.
La versión 2 se diferenció principalmente de la primera por presentar el control ARC – Automatic Release Control. Con este nuevo parámetro el plug-ins ajustaba de modo continuo el tiempo de relajación – release – para obtener resultados óptimos en cada instante.
Al utilizarlo la diferencia era notoria. Supongamos que alguien se encontraba trabajando con la función ARC desactivada; si ajustaba un tiempo de relajación inadecuado al material de trabajo, el sonido comenzaba a presentar “pulsaciones” o a deteriorarse; pero al activar ARC todo se soluciona. El propio programa ajusta el tiempo adecuado y el sonido comienza a tomar forma.
En la nueva versión, además del modo ARC y manual, un menú desplegable permite elegir tres Presets extra que adaptan el valor ARC en función de las características del material tratado: Warm; Scaled; Aggressive. Por ejemplo, Warm es más automático en las frecuencias bajas, y en las altas posee un comportamiento más similar al manual.
Además, la actual versión descansa sobre la tecnología denominada “Peak Limiting Mixer” con la que el programa analiza todas las señales de entrada y calcula la atenuación necesaria para cada una, resultando luego en una salida mezclada con limitación de picos.

Descripción y funcionamiento
A diferencia de sus antecesores L3 utiliza limitación dinámica aplicada en cinco bandas. El programa se presenta como dos plug-ins diferentes: L3 Ultramaximizer y L3 Multimaximizer. El primero es similar a la versión L2. Las diferencias se presentan al utilizar la versión Multimaximizer que es la que dispone de control multibanda. De esta manera se puede aplicar limitación en diferentes secciones del espectro de audio de un archivo ajustando ganancia, prioridad, y factor de release, en forma independiente, consiguiendo aplicar, en definitiva, una etapa de EQ final para retoques que van más allá de la sola limitación – por cierto, con excelentes resultados, como sucedía en las versiones anteriores.
En la figura que acompaña a este artículo vemos sobre la izquierda los controles principales que ajustan el umbral o Threshold, el nivel máximo o Out Ceiling, y el medidor de reducción o Atten.
Tengo como costumbre colocar el pico máximo en -0.3db de manera de asegurarme de no llegar a 0 db. Uno nunca puede saber si por alguna cuestión se escapa un bit y se produzca el temido encendido de la lucecita roja que indica saturación.
El control Threshold es el que ajusta la limitación y la ganancia de las cinco bandas al mismo tiempo. Mientras más abajo se ubique ese control, más ganancia tendrá la señal. Moviendo el control, todos los indicadores de umbral relativos de cada banda se moverán en conjunto.
El umbral debería ubicarse inmediatamente debajo de la indicación de la señal original, al mismo tiempo que se mantiene un ojo sobre el indicador de atenuación, y lo más importante: controlar con nuestros oídos los resultados.
Bajar el control Threshold puede ser adictivo ya que permite obtener más ganancia, pero nunca debemos dejar de escuchar qué sucede con la dinámica de nuestra música. Si empezamos a notar que esas partes que deberían estar ubicadas en un plano de volumen bastante bajo con respecto a las otras, comienzan a tomar más preponderancia, perdiendo en consecuencia, el trabajo de mezcla original, significa que estamos forzando las cosas. El objetivo de aplicar L3 debería ser permitir que una buena mezcla se destaque de la manera apropiada, y no simplemente por escucharse más alto.

Como vemos L3 dispone de un único control de umbral – Threshold. La tecnología sobre la que descansa el programa permite utilizar niveles de prioridad para que el usuario ajuste sobre qué banda quiere concentrar o enfocar la acción del plug-in, dando menos atención a las otras.
Las versiones anteriores del programa – L1 y L2 – aplicaban limitación sobre todo el rango de frecuencias. Como sabemos las frecuencias graves son las que más energía poseen, en consecuencia la mayor parte del trabajo de aquellas versiones consistía en atenuar o limitar las regiones graves del espectro de audio de un archivo.
Desde esta versión, y gracias a la tecnología que permite mezclar la limitación de picos en las cinco bandas, el usuario puede asignar prioridades aplicando así, limitación en distintos grados, consiguiendo balancear todo el rango de frecuencias.
Para limitar menos las frecuencias graves, se incrementará el parámetro Priority de esa banda, consiguiendo aplicar más limitación a las frecuencias altas. En otras palabras, al elevar la prioridad de una banda, se deja más lugar a su dinámica original.
La prioridad de una banda tiene influencia directa sobre las otras. Esto se puede comprobar fácilmente modificando Priority en alguna banda, y observando cómo los indicadores de umbral relativo de cada una se mueven en sentido contrario de acuerdo a la asignación realizada.
Utilizando este control se puede ajustar el balance tonal general de una mezcla que está siendo sometida a limitación. Si una banda está teniendo prominencia por sobre las otras, cambiando la asignación del parámetro Priority se consigue balancear la respuesta final. Al elevar su prioridad su umbral relativo subirá, permitiendo conservar más de su nivel original.


Dithering - Resolución
Si los controles Threshold y Out Ceiling se mantienen en sus posiciones originales, es decir en 0dB, no se aplicará limitación, y por lo tanto el programa puede utilizarse para cambiar la resolución del archivo editado. Muchos procesos que realizan algunos plug-ins se llevan a cabo con una resolución interna de 24 o 32 bits – más allá de la resolución que soporte la tarjeta de audio instalada en el equipo –, en consecuencia si tenemos un archivo procesado con uno de esos plug-ins y lo aplicamos en el archivo para luego guardarlo empleando la típica información de calidad CD, es decir, con una resolución de 16 bits, se produce un abrupto salto de resolución que provoca efectos desagradables, especialmente en pasajes de volumen bajo. WaveLab de Steinberg, por ejemplo, dispone de un medidor que indica al usuario la resolución que está siendo aplicada a un archivo en un momento dado.
Para evitar esos cambios abruptos de la resolución de un archivo se utilizan programas que se encargan de esa tarea aplicando un proceso conocido como Dithering. Durante este proceso se agrega una cantidad medida y “moldeada” de ruido cuya función es rellenar los huecos de bits dejados por los cambios de resolución. El nivel de ruido se controla con precisos algoritmos que lo ubican en regiones donde el oído humano es menos sensible, logrando así la mejor calidad de sonido posible. Si esto no fuese así, todos los CDs que escuchamos estarían contaminados con altos niveles de ruido, audible para el público en general.
L3 utiliza un sistema denominado IDR que combina todos los elementos para cambiar la resolución y aplicar Dithering a los archivos editados, permitiendo obtener la más alta calidad de audio. Toda la tecnología se oculta tras los comandos de sencilla operación que se ubican debajo del control deslizable Threshold: Quantize, Dither y Shaping.

Comentarios finales
Es importante recordar que L3 debe ser el último proceso que se aplique a un archivo; de lo contrario se estará perdiendo todo el trabajo de cambios de resolución y dithering. Si el objetivo es la creación de un master para CD, habrá que colocar 16 bits en Quantize, y probar qué valor se adapta mejor a nuestro gusto personal en los dos parámetros restantes – Dither y Shaping.
Una buena mezcla; bien balanceada, responderá de manera excelente a las indicaciones de L3. Hay que aprender a no romper el audio de un archivo. No es cuestión de subir el volumen simplemente para escuchar más alto – recuerden lo que antes mencioné con respecto a la dinámica.
Como referencia aconsejo digitalizar una canción de un CD comercial, con estilo similar a la producción en la que se está trabajando. Una vez dentro del editor de audio podemos utilizar los medidores que nos indicarán los niveles promedio RMS utilizados en esa canción. El nivel promedio de la actualidad está entre los -14 dB y -8 dB; por lo tanto podemos ubicar nuestra mezcla dentro de ese rango dependiendo del género.
Si tenemos problemas para conseguir volumen utilizando L3, es muy probable que se deba a una mezcla incorrecta. Lo mejor será volver a las pistas y realizar una nueva mezcla. Al fin de cuentas, esas son las ventajas de un estudio casero.

 
Fabio D. García

Más información
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