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BOSS GT-100

Gracias a sus excelentes simulaciones, junto con su innumerable cantidad de efectos, esta pedalera bien podría ser todo lo que uno necesite entre la guitarra y el amplificador.

Por décadas, Boss ha sido uno de los líderes en lo que a pedales de efecto y pedaleras multiefecto se refiere. Su tecnología de modelado de sonidos COSM, ha hecho que sus simulaciones en el campo de los amplificadores lograsen un realismo sorprendente. La pedalera que hoy nos ocupa, la GT-100, es la heredera de la muy popular GT-10. Pero lejos de ser una simple actualización, esta unidad presenta entre otras cosas, efectos y simulaciones que fueron completamente rediseñadas.

Cada uno de los patches de la GT-100 comienza con uno de los 25 tipos distintos de equipos, que abarcan desde el viejo Fender Twin Reverb hasta el Mesa/Boogie de la serie MK, o desde aquel Marshall Super Lead de los 60’s a un Peavey EVH 5150, pasando lógicamente por el clásico Rectifier de Mesa/Boogie o el SLO-100 de Soldano. Ocho de los modelos de equipos fueron customizados por los ingenieros de Boss, los que lograron colores y características que sólo se consiguen al combinar distintos amplificadores.
Cada una de las simulaciones de equipos pueden combinarse con algunos de los 51 efectos de la GT-100. Es posible usar hasta 12 efectos, en cualquier orden, antes o después del equipo elegido, y luego se puede dividir la señal en dos envíos separados, como para “engordar” el tono general, simulando así dos amplis funcionando al mismo tiempo.
Junto con todo esto, la pedalera incluye un looper, un modo de conmutación dual para amplis y efectos, un pedal de expresión asignable, y una multiplicidad de conexiones externas, incluyendo lógicamente una salida USB (in/out) para grabación directa o para configuración de patches. De esta forma, la GT-100 se transforma en un elemento muy útil a la hora de grabar con la PC.

Si bien a primera vista, esta pedalera puede resultar intimidante para el guitarrista inexperto, lo cierto es que su uso resulta muy intuitivo. Sin entrar en demasiados detalles técnicos, podemos decir que la GT-100 es una pedalera que incluye 400 patches, 200 de los cuales son de fábrica y 200 de usuario, los cuales están guardados de a cuatro en los bancos. Todos están construidos por una cadena de bloques de efectos que puede ser localizada en cualquier orden.
Cada uno de estos bloques incluye compresor, overdrive/distortion, preamp (simulación de ampli), Eq, FX1 y FX2 (que pueden contener distintos tipos de efectos), delay, chorus, reverb y el efecto que esté asignado al pedal de expresión. Como si todo esto fuera poco, es posible conectar a la GT-100 efectos externos por su loop de efectos, y asignarlos a alguno de los patches.
Cada patch tiene dos canales, cada uno con su propio equipo y efectos, los cuales se pueden combinar o usar de forma separada. Esto se puede realizar mediante un footswitch o con una función llamada A/B Channel Divide. Esta función divide la señal por dinámicas y por notas, así que podríamos cambiar de canal al tocar tal o cual nota, o al pulsar las cuerdas más o menos fuerte.
También, la GT-100 incluye un looper de 38 segundos, que si bien no es mucho, permite hacer una vueltita de alguna base rítmica para luego zapar encima. Como dijimos más arriba, esta pedalera funciona como una interfase de grabación digital mediante USB.

Como siempre, Boss construye sus pedaleras… ¡a pueba de balas! La GT-100 viene en una carcaza metálica negra, que se asegura al piso gracias a sus cuatro patitas de goma.
En cuanto a sus controles, los dos footswitches de arriba a la izquierda son los encargados de seleccionar los bancos (Bank Down-Bank Up), los primeros cuatro de abajo seleccionan los patches dentro de un mismo banco, el quinto habilita el looper, y el sexto es el trabaja con el pedal de expresión ACCEL. A su vez, los primeros dos (1 y 2) habilitan también el metrónomo y el afinador. También es posible usar la GT-100 de forma manual, y asignar a cada footswitch un efecto distinto.
¿Y las dos pantallas? Es la primera vez que Boss incluye dos pantallas en su pedalera. En una puede verse el banco y el patch seleccionado, mientras que en la otra aparece el nombre de la simulación elegida. O bien podríamos tener la cadena de efectos a la izquierda y los seteos del efecto seleccionado a la derecha. Y éstos son sólo dos ejemplos de los usos de ambas pantallas.

Se imaginarán que para investigar a fondo una multiefecto como ésta se necesitan días y días. Pero ya que Boss propone un uso rápido e intuitivo, si es que uno no se quiere meter mucho con lo que es la programación o modificación de sonidos, el recorrido por su paleta sonora se convierte en un recorrido ágil e interesante. Registros clean como los del Vox AC30 o el Roland JC-120 conviven de forma efectiva con otros más extremos, como los del alta ganancia de un Rectifier o un SLO-100. Además, todos y cada uno de los efectos demuestran una alta calidad.
¿El veredicto? Estos bichos suenan mejor y mejor en cada una de sus versiones. La Boss GT-100 es un poderoso elemento a la hora de moldear el sonido de un guitarrista, ya sea que la use para grabar o en vivo. Con ocho footswitches, o siete si queremos dejar uno para el afinador, y un pedal de wah/volumen, la Boss GT-100 bien podría ser todo lo que uno necesite entre la guitarra y el amplificador.

Javier Bagalá
Importa y distribuye: I.M.S.A./ Promúsica


 

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