Biyang AD-8 Analog Double Chip Delay Pedal

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Un pedal de delay que trae un retardo de hasta 1100 milisegundos, true-bypass, y una construcción a prueba de todo.

Existen, en el mercado de los pedales de efecto, un sinnúmero de delays, desde los más caros hasta los más económicos. Estos pedales también podrían dividirse entre los que andan bien y los que no. Pero ¿cuándo anda bien un delay? Aclaremos primero que un delay es un efecto tipo eco, que samplea la señal de entrada y la repite. Esta repetición puede reproducirse una o varias veces, y puede tener un retardo distinto. Estos parámetros son usualmente variables. Existen también delay analógicos y digitales. La diferencia auditiva radica básicamente en el timbre de las repeticiones. Mientras que las repeticiones de los delays digitales suelen ser muy parecidas a la señal original de entrada, las de los delays analógicos suenan más como "enmudecidas" u "opacas".
¿Y cuál es mejor? Todo depende… En la actualidad, lo que busca la mayoría es un sonido similar al de los viejos eco a cinta, como el Echoplex de Jimmy Page, el Binson de David Gilmour, o el Roland Space Echo de Andy Summers, por ejemplo. Por lo tanto, la búsqueda es hacia el sonido analógico. También se busca que la repetición no interfiera con la señal original de entrada, haciendo inentendible el audio final. Y el Biyang ¿cómo suena?

El AD-8 de Biyang es un pedal que en su interior, trae dos chips para crear el efecto de delay. Estos dos chips son los encargados de crear un sonido analógico. Recordemos que el término analógico es, en los delays, igual a cálido y vintage. El pedal cuenta con la típica construcción de la serie Tonefancier de Biyang, con una carcaza metálica de aluminio, y un switch con circuito true-bypass. ¿Qué significa esto de true-bypass? Que cuando encadenamos el Biyang entre la guitarra y el equipo, el sonido no va a sufrir ninguna modificación, a menos, claro, que activemos el efecto.
En el frente encontramos tres perillas tipo plancha: Blend, Time y Repeat, junto con una pequeña llave selectora marcada como 600 ms. y 1100 ms. El acceso a la batería se realiza desde la base del pedal, y en uno de sus costados encontramos la salida para una fuente de 9V.

Un delay puede ser usado como efecto principal o de fondo. En el primer caso está The Edge (U2), y en el segundo se encuadran la mayoría de los guitarristas, que lo activan en sus solos. En el caso de The Edge, por ejemplo, hay que lograr que nuestras corcheas se conviertan en semicorcheas. En el segundo caso, siempre hay que tratar de que el tempo del delay respete de alguna forma el tempo del tema, para que las repeticiones sean rítmicas. El AD-8 de Biyang trae dos rangos de tiempo -600 ms & 1100 ms- dentro de los cuales es posible variar la velocidad de las repeticiones, usando siempre el pote de Time. La cantidad de repeticiones será responsabilidad del control Repeat, y la mezcla entre la señal original y la repetición, eco o delay, tendrá que ver con la posición del control Blend.
En uso, tanto en los seteos distorsionados como en los que son limpios, y aunque el control de Blend esté al 100 x 100%, el timbre de la repetición no compite con el de la señal original. La única diferencia de respuesta del pedal con los dos seteos, es que si en los limpios tenemos el Blend al 50%, en los distorsionados hay que bajarlo al 25%, por ejemplo. En lo que a la cantidad de repeticiones se refiere (Repeat), el AD-8 de Biyang tiene la capacidad de regenerarlas hasta el infinito, deformándolas en el final, creando un sonido bien vintage asociado a los viejos "eco a cinta", como los que nombré en un comienzo. Este efecto se logra subiendo casi al máximo el Repeat y moviendo el control de Time a medida que escuchamos el efecto.

Conclusión, el AD-8 de Biyang, al igual que otros efectos de la misma marca, logra el rendimiento de un pedal de al menos el doble de su valor. Por lo tanto, quienes busquen un delay que cuente con un retardo de hasta 1100 milisegundos, con un nivel de ruido casi nulo, con true-bypass, y con una construcción a prueba de todo, pasen y escuchen, que se van a sorprender.